Estos son los nueve consejos para determinar tu precio cuando uno es freelance o grafista independiente.
Nunca es evidente fijar uno mismo sus propios precios, sobre todo en el momento del primer contrato, ese que determinará el éxito (o fracaso) en tu futura carrera profesional. Durante la entrevista con el cliente, tu primer cliente, cuantas veces tu demonio interior te sugiere pedir 5.000 y aprovechar la ganancia para una cena de lujo bien acompañado mientras que tu ángel de la guarda te susurra que 300 euros para una semana de trabajo no estaba nada mal... ¡No pidas demasiado!
Es muy difícil de valorarse a uno mismo: contempla la labor completa, ya que numerosos son los factores a tener en cuenta: el riesgo de ser freelance, el coste de los programas informáticos, la competencia, las cargas deducibles, los gastos anexos,... ¡Un verdadero rompe cabezas en un primer tiempo! Por lo tanto aquí te sugerimos algunos factores muy importantes para determinar una tarifa inteligente (es decir que ni se quede corta ni sea excesiva) paratu profesión (son unos consejos orientativos que cada cual, suponemos, aplicará en la medida de sus necesidades):

1) Tus costes: porque convertirse en freelance requiere algunos fondos en la cuenta corriente, es útil calcular tus gastos a lo largo del año (compra de una cámara de fotos, un ordenador más potente, etc... -la lista es interminable-) y dividirlo por el número de horas que piensas trabajar a lo largo del año (recordatorio: 1.645 horas al año para 35 horas semanales y para 47 semanas). Eso define el coste mínimo por horas.

2) Tus beneficios: si, te haz convertido en freelance para ganar dinero (como todos), no hay que olvidarlo! Por lo tanto un pequeño cálculo rápido a lo largo de un mes: que salario desea cobrar para una semana de 35 horas (teóricas, claro...). Divide la cantidad resultante por 140 y ahí tienes algo más que añadir a tu tarifa horaria mínima.

3) La demanda: para tu tarifa horaria tienes un baremo mínimo, pero quizás tu competencia (agencias de comunicación, estudios creativos, otros freelance, etc...) no maneja las mismas tarifas. Estudia bien tu entorno y posibles rivales profesionales para poder ajustar bien tus precios.

4) Las referencia externas: es difícil a veces averiguar cuales son los cargos y gastos a computar, por lo que informate, en tu entorno, tu comunidad de los hábitos profesionales propios a tu profesión en la ubicación geográfica en la que pretendes desempeñar tu profesión.

5) Tus competencias: tus tarifas serán también evaluadas en función de tus atribuciones y competencias profesionales (de gestión, administrativas, comerciales, etc...) en relación a lo le puedes ofrecer al cliente. Si asesoras, si te ocupas de la relación con el impresor, si tus aptitudes solo cubren el desarrollo de un logo o toda una imagen corporativa, etc... El trabajo de "ejecutor" es menos importante que el de creador. Piensa en tener dos tarifas o dos variantes de una misma por si vendes también creatividad o no.

6) Tu experiencia: evidentemente con el tiempo las tarifas también cambiarán. De una parte las cargas aumentarán pero también el talento o simplemente (y como me gusta decir) la fluidez natural profesional que se adquiere con el tiempo adquirirá su flujo óptimo. Y eso se notará poco a poco en la cantidad y calidad de los pedidos que recibirás adquiriendo (y cultivando) de la misma manera las relaciones profesionales necesarias para desempeñar tu trabajo una manera más cómoda. No dudes en subir tus tarifas con el tiempo (y los años). Revisalas cada 6 o 12 meses. Comprueba que eso funciona con un nuevo contacto profesional, y si es así aplicalo progresivamente al resto. Un freelance con 6 mese de experiencia y otro con 7 años no pueden (no deben) ser remunerados de la misma manera.

7) Tu estrategia de comunicación: define una estrategia, discreta, basado sobre el boca a boca o bien un incesante bombardeo en todas las agencias de comunicación de tu región. Elige. Realizar una campaña de marketing cuesta caro, sobre todo al principio, cuando uno no tiene nada. Así que calcula el coste de tu campaña en base a tus posibilidades de cargar (discretamente) esos costes en las facturas de tus clientes.

8) Tus servicios: tus prestaciones de servicios añadidos serán un extra añadir a la hora de facturar un trabajo. Si decides que se puede contactar contigo un sábado, eso se paga. Si trabajas durante la noche en tu casa, eso se paga. El valor añadido en tus tarifas tiene por objetivo compatibilizar tus servicios con tu respeto profesional. No puedes facturar un trabajo dado por una tarifa extrañamente baja, perderías toda credibilidad...

9) Tus clientes: evidentemente, luego hay que tener en cuenta quien es el cliente. El coste del diseño de un logo para el restaurante de la esquina no puede ser el mismo. Y ahí entra la "sensibilidad" profesional como para tratar a distintos cliente de manera adecuada y proporcional al pedido y a su entitad.

Bien, ahora que sabes estas normas, solo te queda ponerlas en práctica y aplicar una norma extra y es la de poner de lado un porcentaje (es variable según cada cual) para prevenir mese más flojos y gastos imprevistos. Para terminar solo añadir que un diseñador es como un vino... mejora con el tiempo, pero no te pases, no vaya a ser que se eche a perder!.

visto en metrografic

0 comentarios

Publicar un comentario

Suscribirse a: Enviar comentarios (Atom)